ANGEL HAHAHEL: Pertenece al Coro de las VIRTUDES, a las órdenes de RAFAEL.
Domicilio: De 20º a 25º de LIBRA.
Es el ángel custodio de las personas nacidas del 14 de octubre al 18 de octubre.
Las fechas en las que se puede obtener un mejor contacto son: del 14/10 al 18/10, del 26/12 al 30/12, del 8/3 al 12/3 del 20/5 al 24/5 y del 1/8 al 5/8.
HAHAHEL domina sobre el cristianismo, protege a los misioneros. La persona nacida bajo su influencia se distinguirá por su grandeza de alma y su energía.
Lo que se puede obtener de HAHAHEL:
Espiritualidad.
Protege a los sacerdotes, contra las calumnias.
Vocación para las misiones.
Grandeza del alma y energía para dedicarse al sacerdocio y al servicio de Dios.
ATRIBUTO: DIOS EN TRES PERSONAS
Eterno, libera mi alma de labios inicuos y de la lengua engañosa.
HAHAHEL EXHORTA:
Yo soy la primavera y el otoño,
el reverdecer tras un ciclo de experiencias,
el ardor juvenil que nace de la madurez,
una vuelta atrás para recuperar el vigor de los años tiernos
y conquistar cimas que ya no se esperaban.
Soy el Abraham que genera Isaac a los noventa y nueve años,
soy esa fuerza imprevista que mana de la razón viva
para iniciar nuevos ciclos.
Soy el amor que va al amor,
lo esencial que va a lo esencial sin detenerse,
y por el camino tortuoso de los sentimientos.
¡Ojalá puedas seguir mi itinerario
sin sentir la necesidad de detenerte
en la contemplación de espectáculos humanos!;
porque entonces descubrirás la grandiosidad del amor sin fronteras,
sin estrategias, sin objetivos.
Sabrás lo que es amar por naturaleza, amar por amar,
amar porque no es posible proceder de otro modo.
Entonces tus labios sólo se abrirán para formular plegarias,
para cantar, exaltados, la gloria de lo esencial.
ORACIÓN A HAHAEL:
HAHAEL, Transmíteme, Señor, tu aliento,
con la fuerza implacable de quien da un hachazo,
para que tu mensaje penetre en mí enérgicamente,
y no pueda perderse ni una sola gota de ese amor
en mundanos devaneos.
Ayúdame para que ese amor que de ti recibo
vuelva a las fuentes primordiales
enriquecido con mi propio amor humano,
tejido de obras y sacrificios.
Permíteme, Señor,
ser el gran protagonista de tu pureza
y no toleres que mis labios exijan de otros
aquello que yo mismo debo restituirte.
Mantenme, Señor, atado a tu luz,
para que pueda ser, en todo momento y en todo lugar,
tu perfecto misionero.
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